Era el año de 1519,la Edad Media llegaba a su fin; los piratas Otomanos bajo el mando del Almirante Barbaroja, arrasaban con el Sur de Francia; el Renacimiento estaba en auge en Europa y ahí mismo se desarrollaba la Guerra entre los protestantes y los católicos.
Los españoles debido a la Guerra que se desarrollaba en Europa temieron que su religión fuera desaparecida por los protestantes, por ello inician una serie de viajes al Nuevo Mundo con el fin de evangelizar a los países a los que habían llegado con anterioridad, su fin era introducir la religión Católica, así como obtener oro para sostener a la Corona española y tener recursos para seguir evangelizando nuevos territorios.
Un joven nacido en 1485, en Medellín, España, proveniente de una familia de hidalgos de Extremadura, acepta ser de los primeros habitantes de las tierras recién descubiertas por Colón y viaja en barco hasta la isla de Santo Domingo para vivir como un terrateniente y escribano en esa ciudad. 7 años más tarde conoce a la hermosa Catalina de Juárez que era una mujer de familia acaudalada nacida en Granada que también viajó con su familia al Nuevo Mundo soñando con encontrar un hombre que le diera una buena posición económica y social, con ella se casa y por ser cuñada de Diego de Velázquez (Gobernador) lo nombran Alcalde de la Ciudad de Santiago y le encomiendan la expedición a Cuba como Secretario del Gobernador.
En 1518 Diego Velázquez confió a Hernán Cortés el mando de una expedición a Yucatán; sin embargo, el gobernador desconfiaba de Cortés, a quien ya había encarcelado en una ocasión acusado de conspiración, y decidió relevarle del encargo antes de partir. Advertido Cortés, aceleró la partida y el 18 de noviembre de ese mismo año, sin obedecer las órdenes de Velázquez, zarpa con una agrupación militar en la que figuraban cinco capitanes del clan de los Alvarado.
La flota de Cortés abandonó Cozumel y se acercó por el golfo a Champotón, donde Cortés quería vengar la muerte de su amigo Hernández de Córdoba, pero el consejo de Alaminos le hizo desistir de su empeño y seguir hasta el río Grijalva, en territorio de Tabasco.
Cortés se atuvo a un primer encargo de Velázquez que era explorar el imperio de Tierra Firme y decidió hacerlo por su cuenta. Llevaba un centenar de tripulantes, 580 soldados y capitanes, 16 caballos y catorce piezas de artillería, más dieciocho arcabuceros expertos. Caballos y cañones aterraron a los indios que combatieron contra ellos en Tabasco.
Cortés se atuvo a un primer encargo de Velázquez que era explorar el imperio de Tierra Firme y decidió hacerlo por su cuenta. Llevaba un centenar de tripulantes, 580 soldados y capitanes, 16 caballos y catorce piezas de artillería, más dieciocho arcabuceros expertos. Caballos y cañones aterraron a los indios que combatieron contra ellos en Tabasco.
Los indios tabasqueños intentaron rechazarlos, pero los españoles los derrotaron con facilidad, y se instalaron en unos templos .Al día siguiente los tabasqueños contraatacaron con un ejército de dimensiones considerables, que los españoles vencieron gracias a su caballería y sus cañones.
Cuando Cortés derrotó a los mayas y recibió -entre otros regalos- a una mujer llamada Malinalli Tenepatl, nacida en una familia noble (hija del cacique de Xaltipa y de Cimatl, señora de los vasallos y estados) de la provincia de Paynalla.
Todos los esclavos eran bautizados por lo cual el cura Bernal Díaz la nombra Marina, Hernán Cortés la desprecia y la obsequia a un militar conocido como Alonso Hernández de Puertocarrero, pero un mes después regresa con Hernán Cortés, para empezar a trabajar con Jerónimo de Aguilar como intérprete. Cuando Cortés llegó a las regiones de habla náhuatl, interpretaba el náhuatl y el maya para Aguilar, quien sabía interpretar el maya y el español. Después de un tiempo doña Marina empieza a aprender rápidament en la secretaria y persona de confianza del Gobernador.
Y así con Jerónimo de Aguilar, Doña Marina bajo el mando de Hernán Cortés, inicia la conquista de diversos pueblos.
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